Mejores relatos- curso de guión de ficción Unisabana

Hola
Como ha sido costumbre, publico algunos de los mejores relatos de mis alumnos del curso de guión de ficción de la Universidad de La Sabana.  No sobra aclarar que se trata de alumnos que están iniciando en la escritura pero que desean ser leídos y comentados por ustedes (agradezco cualquier contribución o sugerencia que puedan hacerles).
Los temas base fueron los siguientes: la historia de mi nombre, la primera vez que, esta mañana desperté convertido en, una semblanza, un día después de mi muerte y la escritura y yo.
Estos son los textos:
Cuatro calendarios mas de frio- Jorge Armando Duque
La primera vez que vi a un ebrio loco- Daniel Fernández
Ya ni la muerte me da posada- Luis José Salomón
Agonía- Felipe Estrada
Tan cerca sin saberlo- Giovanna Tobar
Ella- Cristian Arguello

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4 Comentarios Agrega el tuyo

  1. ANDRES CANDELA dice:

    Cuatro calendarios más de Frío: Me pareció un escrito –como diría un español-: muy “fraseado”. La intención es buena y la historia tira; sin embargo hay que encontrarle un hilo que le dé velocidad al texto, que lo lleve a uno rápidamente sin el freno del punto aparte para comenzar en el siguiente fragmento. Lo uní para hacer el ensayo y te aseguro que cambia mucho y no se necesita, punto aparte.
    Me gusta que la historia está encerrada en el baño del pequeño y la salida de su casa.

    La primera vez que vi un ebrio loco: No está mal en descripción de detalles: es fácil imaginarse el lugar, la ventana, las mesas, los personajes, sus expresiones, pero el final me recordó una película que –para mí-, ¡es patética! Crepúsculo al amanecer (creo que así se llamaba esa joya), comienza en un bar un termina con vampiros salidos de no sé dónde… Me gustó la historia hasta el punto del “manos libres”, ¡me cayó como plomazo ese final! Lo otro, bien en detalles y sin abusos de gerundios.

    Ya ni la muerte me da posada: Un poco igual que “un ebrio loco”, un cuento que me lleva con una idea y al final no sé si la intención era humor, trascendentalismo de la muerte y todas las preguntas del género humano frente a ella. Si se establece el “amarre literario” en la escritura uno no debe burlarse del lector, de entrada hay que hacerle saber que el texto es serio o de humor sin cambios tan drásticos. (Es mi concepto). Me atrapó hasta la llegada del tendero. Intentaría exprimirlo más como texto de la muerte y la vida, que como texto de una hipotética burla a la muerte.

    ¡Agonía! Casi que un pensamiento sin figura corporal, ¡me gustó eso!

    Tan cerca sin saberlo: corrección de entrada: “documentos en la Internet”. La Internet es una red de intercambio de información.
    El texto, me queda la duda, ¿eran los dos personajes la misma persona? Eso me gustó. Me agradó el respeto por el estilo de la historia y no un desborde de un fin como contra la marcha de las horas. ¡Genial!

    Ella: ¡el que más me gustó! Un cuadro geográfico centrado pero que logra abarcar el mundo entero hasta Francia. Una señora fiel a sus costumbres esperando casi con paciencia la muerte; sin embargo, el texto es genial en esa parte, no llego a saber si ella muere o duerme, un texto para que el lector termine de construir de la forma que lo desee.

    Bueno, Jeró, un año más que te hago la tarea completa.

    Saludos a tus alumnos, Andrés CANDELA

  2. Mil gracias Candela. Como no te conocen mis alumnos, aprovecho para compartirles que Andrés fue alumno de mi clase hace más de diez años (¡Como estás de viejo Candela!) y que desde entonces se dedica a la escritura como autor de una muy buena cantidad de cuentos y de un par de novelas. Acaba de sacar una novela editada por Planeta y es un cinéfilo apasionado también. Como él mismo lo apunta, varias veces me ha colaborado con comentarios para mis alumnos. Actualmente vive en París, ¡Pobrecito!
    Un abrazo, Candela.

    1. ANDRES CANDELA dice:

      ¡¿VIEJO YO?! Yo pensaría –o diría- que los viejos son los que vienen a Paris y con una simple caminada o muy simple caminata, ¡al otro día están de clínica! ¡Además de llorones en plena caminada, como si Paris fuera un asunto diario!

      PD: Hace ya un año dejé Paris, estoy viviendo en lo que se conoce como el valle del Loire, cerca del castillo de Montsoreau. El mismo lugar donde Alejandro Dumas se inspiró para escribir la dama de Montosoreau. (No la he leído aún). ¡Extraño mucho Paris! Pero bueno…

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