Estimados amigos
De un tiempo para acá los reality shows se han puesto de nuevo de moda en Colombia, debido al escándalo de formatos como «Protagonistas de Nuestra Tele» y «Mundos Opuestos» y el éxito arrollador del actual formato de «La Voz Colombia» y, en el pasado reciente, de «Yo me llamo».
Este auge se ha visto reflejado en cantidad de notas escritos en periódicos y entrevistas relacionadas con el tema. Yo no he estado al margen del tema y por esto quiero compartir con ustedes algunas impresiones con respecto a lo que son los reality shows. En primera instancia, es importante señalar que los reality shows no son en realidad un formato si no una categoría de formatos que incluye una amplia variedad y que se basa fundamentalmente en la ilusión de realidad como promesa de venta para el público. Tener personajes reales en situaciones supuestamente reales aumenta la sensación de voyeurismo en el espectador y genera una mayor interacción entre público y personajes. Si a esto le sumamos la «interactividad» generada por la participación del público (mediante mensajes de texto pagados) en las decisiones del reality y la hibridación de otros géneros (dramatizado, musical, concurso e informativo, por poner sólo algunos) en un solo programa, tenemos un producto que resulta más económico en producción y sumamente más rentable.
Los reality shows pueden dividirse en infinidad de formatos y entre estos tenemos modalidades como: Supervivencia, encierro, academia artística, soltero, modelaje, búsqueda de empleo, entrenamiento militar, conoce mi vida, estrategia, cambio de imagen, mejora de salud, guapos e inteligentes, show artístico y show rústico.
Comparto con ustedes un artículo que escribí hace algunos años sobre el tema y que ha fue publicado en la revista Diálogos de la Comunicación de FELAFACS y re-editado por la revista del guión de Barcelona y un par de intervenciones que he hecho en el programa de la Defensoría del Televidente de RCN sobre el tema.
La discusión está abierta.
Reflexiones sobre la pecera mediática
Programa del Defensor del Televidente sobre «Protagonistas de Nuestra Tele