Como padre de familia siempre me ha preocupado el tema de la educación y al estar vinculado con universidades desde hace más de 15 años, este tema se ha convertido en un punto central de mi vida. Actualmente, y desde hace muchos años, hay una gran discusión sobre el papel de la educación formal en la formación (o deformación) de los niños y adolescentes y el papel de los padres en estos mismos procesos.
Hay claras evidencias de que la creatividad de los niños se reduce cuando ingresan al sistema, pero también es claro que no tendríamos por qué crear una escuela para cada niño o, peor aun, dejar su educación en manos de los medios de comunicación o el Internet. También es cierto que en toda sociedad se requiere un sistema educativo que ayude al individuo a ser sujeto y que, a su vez, lo sujete a la institucionalidad sin vulnerar sus derechos e individualidad.
La educación está en crisis por múltiples razones y en Colombia tienen que ver, entre otros factores, con la masificación de los colegios, el interés de lucro de algunas instituciones, la falta de capacitación y motivación de los profesores, la burocratización de la educación y la improvisación de políticas educativas. En la institución universitaria, además, se suman factores como la poca responsabilidad e interés de los estudiantes (fomentado por la permisividad de sus padres), los vacíos en la formación y la falta de hábitos de estudio.
Es una lástima que nuestras políticas de educación rara vez correspondan a estudios serios de investigación pedagógica y muchas veces a los caprichos del político de turno o a las corrientes que se han puesto «de moda» en el mundo, logrando híbridos tan monstruosos como Frankenstein. Es común, por ejemplo, que hoy se busque una formación por competencias para resolver exámenes de selección múltiple, con énfasis en la memorización de contenidos de textos escolares producidos hace más de tres décadas empaquetados en bloques continuos de clases de más de tres horas en las que los niños deben permanecer quietos.
Más allá de mi preocupación no soy experto en estos temas, pero comparto con ustedes un par de videos de personas que sí lo son. Se trata de una película documental denominada «La educación prohibida» que analiza el tema en Iberoamérica y una conferencia de Sir Ken Robinson sobre la creatividad en la escuela. Espero que los disfruten y sirvan para la reflexión.
comparto tu preocupación por la escuela y también me dedico a favorecer ese cambio porque me dedico a la formación de los profesores de las escuelas en educación emocional. Es un instrumento que ayuda precisamente a ese punto de adaptar la educación a las necesidades de cada alumno y alejarnos del sistema tan impositivo y poco respetuoso de la autonomía del alumno que tenemos. Hay muchos elementos como la educación emocional y como el que indicas de la creatividad que deben estar en la educación del futuro y no mantenernos en sistemas que han surgido en el siglo XIX con necesidades sociales, económicas y también situaciones tan diferentes de las actuales. muchas gracias por tu aportación
Muchas gracias por tu comentario. Me alegra saber que en todas partes se trabaja con base en mejorar los anquilosados modelos actuales de la educación. En Colombia sé que hay colegios con metodologías alternativas, pero se enfrentan lamentablemente a parámetros de medición estatales estandarizados y a un sistema general obtuso y excluyente. Saludos.