Los «viejos» lucen cada vez más jóvenes en el cine

37944270_10157546599248362_8118792622547402752_oUna de las palabras más difíciles de definir es «Juventud» pues, aunque hay parámetros claros que definen hasta que edad se es joven, la juventud es un estado del alma que permite que a algunos les pesen los años y a otros solo les pasen sin dejar grandes secuelas. Agosto es el mes de la tercera edad y desde estas páginas queremos celebrarlo haciendo un homenaje a aquellas personas que han recorrido un camino más largo y a las que siempre necesitaremos con su sabiduría y experiencia.
La imagen de la abuelita caminando lento y horneando galletas y el abuelito refunfuñando y despotricando contra todo y contra todos ya no son los únicos referentes que tenemos de la tercera edad en la sociedad y, gracias a hábitos de vida saludables, avances en la medicina y un cierto cambio positivo de actitud, ya no causa tanto terror pasar la barrera de los sesenta.
El cine ha influido positivamente en este cambio de mentalidad.  En las películas de antaño, las personas de la tercera edad eran oráculos ambulantes, seres invisibles o incómodos, motivos de ternura o personajes imprudentes y algo locos que añadían una nota de humor o candor a los relatos, apareciendo siempre en segundo plano y con un destino que, con bastante frecuencia, era morir a lo largo del metraje. Los sentimientos que solían generar estos personajes iban desde la ternura, hasta la compasión y, no en pocos casos, la exasperación.
El cine de hoy sigue manteniendo algunos de estos estereotipos, pero también ha permitido el resurgimiento y protagonismo de actores que en otros momentos solo ganarían el casting del abuelito de la familia y que ahora son los protagonistas de historias dramáticas, cómicas, románticas y hasta de acción, demostrando que estar viejo no es sinónimo de enfermedad o decadencia.
Actrices como Jane Fonda (81 años), Rita Moreno (87), Meryl Streep (67), Cher (67), Jessica Lange (67), Helen Mirren (73) y Susan Sarandon (72) son sinónimo de belleza, elegancia y vitalidad en Hollywood y es notable ver que algunos de los más destacados protagonistas del cine de acción, el más demandante físicamente con los actores, son Liam Neeson de 66 años, Tom Cruise de 56, Sylvester Stallone de 72, Jackie Chan de 64 y Samuel L Jackson de 70. A pesar de su obsesión con el bótox y las cirugías estéticas, Hollywood envía el mensaje claro de que después de los 60 la vida adquiere nuevos matices interesantes y es el momento de las segundas oportunidades.  Es notable también que actores y actrices como Judi Dench, Kathy Bates, Bryan Cranston, Morgan Freeman, Samuel L Jackson, Steve Carell, Cristoph Waltz y Geofrey Rush, entre otros, hicieron su primer papel exitoso después de los 45 años.

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Jane Fonda

Las historias del cine cada vez más están protagonizadas por personajes mayores, con fuerza y determinación. Ya en los años 80, Hollywood enviaba un mensaje de «resurrección» en la tercera edad con la recordada Cocoon (Howard, 1985) en la que un grupo de ancianos de un asilo encontraba fuerzas renovadas gracias a unos «capullos» alienígenas que llegaban a su piscina.  El elixir mágico les permitía vivir una nueva adolescencia en la que se permitían bailar, ejercitarse y hasta hacer toda clase de locuras.  El cine actual ya no necesita la excusa de la ayuda extraterrestre y está lleno de películas que abordan esta misma temática pero en las que las personas de la tercera edad se resisten a encasillarse a sí mismos en la categoría de «viejos inservibles». La trama de la tercera edad que vive una nueva adolescencia se ha visto recientemente en películas como Antes de partir (Reiner, 2007), Último viaje a Las Vegas (Turteltaub, 2013), Finding your feet (Loncraine, 2017) y, de manera caricaturesca y algo ridícula en películas como Bad Grandpa (Tremaine, 2013) y Mi abuelo es un peligro (Mazer, 2016).
Pero las personas mayores tienen su propio valor sin tener que disfrazarse o parecer adolescentes. Algunas películas como Gran Torino (Eastwood, 2008), Up (Docter y Peterson, 2009), Una historia sencilla (Lynch, 1999), Nebraska (Payne, 2013), Jinetes del espacio (Eastwood, 2000), Gloria (Lelio, 2013) y las colombianas Sofía y el terco (Burgos, 2012) y Jericó: el inifinito vuelo de los días (Mesa, 2016) nos cuentan que la tercera edad es un buen momento para cumplir los deseos, vivir intensamente o redimir las culpas del pasado.

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El exótico Hotel Marigold

Llegar a la tercera edad es también reconfigurar las relaciones afectivas, familiares y de amistad y el cine nos ha dado buenos ejemplos de ello, como en la animación española Arrugas (Ferreras, 2011) y El exótico hotel Marigold (Madden, 2011), en donde grupos de ancianos redescubren la amistad y la solidaridad y aprenden, también, a enfrentar juntos el dolor o Juventud (Sorrentino, 2015), que es, además, una gran reflexión sobre ser joven y los retos y posibilidades de la tercera edad.  El amor tampoco es un tema vetado en este momento de la vida y en muchas películas contemporáneas se aborda el tema del amor en la tercera edad.  Desde la clásica Romance otoñal (Kidron, 1992) y las argentinas Lugares comunes (Aristaraín, 2002), El hijo de la novia (Campanella, 2001) y Elsa y Fred (Carnevale, 2005), las relaciones amorosas entre personas de la tercera edad han llegado a la pantalla de forma romántica o dramática para mostrar los sentimientos de personas que no han olvidado amar.  Merecen especial atención títulos como la divertida comedia Enamorándome de mi ex (Meyers, 2009) el drama Amor (Haneke, 2012) y el documental colombiano No todo es vigilia (Paralluelo, 2014).
Finalmente, es muy importante reconocer la capacidad de las personas mayores de ejecutar toda clase de labores con gran determinación.  En 1999, el  reconocido director de cine alemán Win Wenders decidió hacer un documental sobre el aniversario 50 del cierre del famoso club habanero «Buenavista social club» y para el efecto entrevistó e invitó a grabar de nuevo sus canciones más famosos a los músicos que habían dado fama y prestigio al lugar.  Para su sorpresa, los músicos (todos mayores de 70 años) fueron un gran éxito en ese año, al punto de ganar premios en certámenes tan importantes como los Bilboards y ser nominados a un premio Oscar por el documental.  La mayoría de los protagonistas de este inolvidable proyecto ya murieron, pero hicieron lo que más les gustaba hasta el último día de sus vidas.
La tercera edad no es más que una nueva etapa de la vida en la que el principal reto es desaprender para disfrutar sin culpas ni temores lo que se ha construido a lo largo de la vida y, contrario a lo que podría pensarse, no es el momento para lamentar el pasado, sino para recoger todo lo que se ha sembrado.

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Buenavista Social Club

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