Duna: el inmenso desierto

Dune (Villeneuve, 2021)

Hace poco publiqué en mis redes sociales que, inevitablemente, me había dormido cuando fui a la sala de cine a ver la nueva versión de la mítica (y casi maldita) Duna. Ese apunte que era más un chiste, fue mal interpretado por algunos como un desprecio hacia la película, pero yo sabía que debía darle una segunda oportunidad. Así que, después de verla nuevamente, comparto mis opiniones sobre ésta, la más reciente película de Denis Villeneuve, después de haberla visto por segunda vez y sin dormir (probablemente estaba menos cansado jeje).

Desde que vi Incendies, quedé maravillado con el estilo de Villeneuve, un director que no decepciona y que ha incursionado con mucho éxito en géneros tan distintos como el drama (Incendies), el thriller (Prisoners) y la ciencia ficción (Arrival). Ya había demostrado también que no le teme a meterse con clásicos del cine y la literatura como Blade runner para readaptarlos a estos tiempos contemporáneos respetando el espíritu de original y poniendo la estética y la atmósfera por encima de las tentaciones de la era de la pantalla verde.
En múltiples entrevistas, el director ha mencionado su gran afición por la novela original de Frank Herbert y, a pesar de las enormes dificultades de las versiones anteriores de David Lynch y Alejandro Jodorowski, Villeneuve se arriesga a hacer una versión grandilocuente, de altísimo presupuesto y grandes retos técnicos con un elenco realmente sobresaliente y precedido de gran expectativa por parte del público y, sobre todo, del estudio.

Hablando específicamente de la película y aclarando que no me gustan mucho las de este género, considero que Dune es una acertada introducción al universo de esta, que parece ser una nueva saga a la que Warner quiere apostar su recuperación después del duro período pandémico. La película es claramente un larguísimo (dos horas y media) primer acto de la historia y, como tal, presenta algunos inconvenientes de los que el más evidente es la falta de clímax y la cantidad de cabos sueltos que deja.

Esta primera película presenta un universo magníficamente descrito y es prolija en la descripción de personajes, contextos y situaciones, con un excelente trabajo en la fotografía y la dirección de arte. Sus deficiencias, sin embargo, se encuentran en el ritmo narrativo (se demora muchísimo para empezar realmente) y en la conexión emocional con los personajes, que no se logra ni teniendo a un elenco de tanto nivel como este. El hecho de que el conflicto no esté claro desde el inicio y que tengamos a tantos personajes principales, planetas, tribus y subtramas nos genera una confusión que puede ser desesperante teniendo en cuenta que pasa casi una hora hasta que empieza la verdadera acción. De todas formas, si tienen paciencia (yo no la tuve en mi primera inmersión) es posible que queden atrapados por esta historia y su deslumbrante y desértico paisaje.
Duna, como el desierto, es exótica y hermosa pero también hostil y excesivamente larga. En la ambición de hacer un nuevo clásico puede estar quizás su peor problema: es una película excesivamente pretensiosa y esta fue justamente la gota que derramó la copa en las versiones anteriores. En su defensa, hay que decir que si alguien es capaz de asumir este reto es justamente Denis Villeneuve.
En síntesis, Dune es una historia de atmósfera, que introduce a un universo que aspira ser el nuevo Star wars (con la gran complejidad que esto implica) pero que aun no se sabe si logrará «cuajar», con personajes hermosamente diseñados pero poco desarrollados y un look visual realmente impresionante. Con suerte, no se dormirán como yo en la primera visualización…pero no me tomen en serio porque yo soy de los que duerme en las películas que otros disfrutan y disfruto aquellas en las que los demás se duermen.

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