Twitter: @jeroriveracine
Nadie estaba preparado para esto. La pandemia llegó y nos cogió a todos fuera de base. Estamos de acuerdo en que no sabemos lo que pasará, pero también en que tarde o temprano esta situación acabará y nos enfrentaremos a un mundo diferente al de hace unos meses. Es difícil predecir el futuro, pero hay pistas importantes que me llevan a lanzarme hoy a proponer unas tendencias que, probablemente, se acentúen en los próximos meses o años cuando veamos hacia atrás y el Covid-19 sea solo un mal sueño. Lo que aquí planteo tiene origen en el estudio de tendencias desde hace algunos años, pero carece de rigor científico o de ilusión profética. Si se quiere, está más cercano al ejercicio de un apostador informado que al de un Nostradamus con una bola de cristal. De todas formas, si me equivoco en todo esto, por favor sean indulgentes y recuerden que los profesores de cine venimos del mundo de la ficción.
Lo primero que es importante señalar es que pocas industrias en el mundo se han visto (y se verán) tan afectadas como las relacionadas con la cultura y el entretenimiento. Teatros, salas de cine, productoras y distribuidoras ya anuncian profundas crisis e incluso quiebras por culpa del confinamiento de la mayoría de la población mundial. Las trilladas palabras «reinventarse» y «resiliencia» aparecen con frecuencia y, muchas veces, no pasan de ser un cliché motivacional ante un realidad compleja y delicada. Sin embargo, y este es otro cliché, esta crisis presenta grandes oportunidades para el sector. A continuación, me permito señalar algunos puntos importantes para un posible escenario de post-crisis en el sector audiovisual colombiano.
Desde la irrupción de la digitalización en el sector audiovisual y, por tanto, de una cultura digital en los procesos de producción y consumo se habla de una inminente revolución que produjo una drástica ruptura con los esquemas del audiovisual análogo. Podríamos decir que estamos ad portas de una nueva revolución de lo audiovisual tan radical como la que se produjo hace casi 100 años con la llegada del cine sonoro. Las condiciones que veremos en los próximos meses o años no son, por supuesto, del todo inesperadas, pues obedecen a procesos que llevan años gestándose, pero se han acelerado en medio de esta crisis. Es posible que lo que se esperaba para dentro de una década se produzca en los próximos dos o tres años. Lo que está claro es que el panorama para el futuro próximo será diferente y que quienes se adapten a las nuevas circunstancias tendrán más opción de sobrevivir en un entorno cambiante. Aquí presento algunas de estas condiciones que habrá que mirar con detenimiento:
1- Imperio del live y el streaming. Si hay algo que se ha fortalecido en estos tiempos es el uso de las plataformas digitales (OTT) y de las redes sociales. Sin embargo, llama la atención el alto número de transmisiones en vivo hechas a través de toda clase de redes sociales. Considero que esta tendencia no bajará una vez terminen los confinamientos y se instalará como una posibilidad de sentirnos juntos sin tener que hacerlo físicamente y de sentirnos cerca de nuestros seres queridos, pero también de las celebridades a las que seguimos. En este entorno se fortalecerá una especie de «narrativa de lo íntimo» que permitirá borrar, aún más, las barreras entre artistas y fans.
2- Oferta de las salas de cine. Las salas tendrán, sin duda, un año oscuro y me temo que esta también es una mala noticia para los cinéfilos que llevamos años quejándonos del imperio de Hollywood. La reapertura llevará a un interés, apenas lógico, de recuperación económica que vendrá de la mano de películas taquilleras que permitan a las salas, poco a poco, llegar a su aforo total. Más temprano que tarde se acabarán las copias físicas de las películas y se instalarán las transmisiones en directo por Internet con la posibilidad de hacer estrenos globales.
3- De lo hiper a lo hipo. En 1983 Umberto Eco caracterizó dos edades fundamentales de la tv: la paleo y la neotelevisión. En años posteriores, autores como Casetti, Scolari y Gordillo se han referido a etapas conocidas como metatelevisión, postelevisión e hipertelevisión. La hipertelevisión, típica de la segunda década del siglo XXI, estaba marcada por el exceso, la mezcla y la convivencia entre lo retro y lo nuevo. El momento actual de confinamiento obliga a una austeridad que, sin duda, marcará las nuevas narrativas hacia un repliegue del modelo anterior. Puede ser algo momentáneo, pero es posible que pasemos de la hipercultura con sus excesos a una hipocultura pensada sobre lo básico y lo austero.
4- Volumetría audiovisual. Esto no es algo nuevo, pero su desarrollo podría acelerarse. Las dos dimensiones de la producción audiovisual y el control de los realizadores de sus relatos y los modos de verlos podrían cambiar radicalmente a partir del incremento de la experiencia interactiva sobre las narrativas lineales. Fenómenos como la realidad virtual, aumentada o mixta permiten al usuario posicionarse como un navegante activo y el aumento de la realización con drones y cámaras 360 grados obligará a los realizadores a proponer mapas de navegación más que rígidos guiones.
5- Creación colectiva y reciclaje. Algo positivo puede sacarse de todo esto y es el espíritu de cooperación. En un momento económico difícil es necesario tender lazos y colaborar. El concierto organizado para las redes por Lady Gaga es un ejemplo perfecto de este fenómeno que tiende a incrementarse. Una vez pasen los confinamientos, es muy posible que la creación colectiva entre artistas se convierta en una tendencia y veamos muchas iniciativas para la creación de canciones, películas, obras de teatro y de artes plásticas co-creadas por personas de manera remota. El reciclaje de contenidos anteriores emerge también como un recurso válido en momentos en que la producción cae y la postproducción se fortalece.
6- Big data y algoritmos. Una de las grandes preocupaciones que arroja esta crisis es la de la pérdida de la privacidad en aras de la seguridad. Esta preocupación está bien fundada, porque gobiernos y empresas privadas tendrán cada vez más acceso a nuestra información personal y ésta podrá ser usada para diseñar objetos y servicios a nuestra medida, mediante algoritmos, pero también para vigilarnos y ejercer control.
7- Cambios en la legislación y en las políticas de apoyo. Quizás el reto más importante es para los gobernantes y quienes toman decisiones con respecto a las políticas públicas de apoyo al sector cultural. Ya lo mencionaba en una columna de 2016, cuando sugería un cambio en la ley de cine de 2003 que necesita ajustes para acomodarse a la situación del cine colombiano que la misma ley ayudó positivamente a cambiar (aquí pueden leer el artículo). Los tiempos que corren traen consigo un grave declive en la producción y el cine nacional que venía creciendo en cantidad y calidad tendrá, como todas las cinematografías del mundo, un drástico bajón. Esta circunstancia obliga a replantear los fondos y las destinaciones. Un Fondo para el desarrollo cinematográfico que depende en gran medida del recaudo en taquilla y que destina el 70% de sus ingresos a la producción no será el más efectivo para promover el cine colombiano en los próximos años. Esto implica que, al menos momentáneamente, se busquen apoyos excepcionales del Estado para que los procesos de la producción audiovisual no caigan estrepitosamente y se pierda en pocos años lo que lleva décadas construyéndose. Es necesario, igualmente, replantear la ecuación y destinar mayor presupuesto para la promoción de películas, el fortalecimiento de plataformas online, la formación, la exhibición, la formación de públicos y la investigación, entre otros. Los realizadores colombianos, además, deben prepararse para hacer cada vez más proyectos para plataformas digitales ante las dificultades inminentes de llegar y permanecer en el circuito comercial.
Como mencioné al principio, este texto solo pretende promover una reflexión al interior del sector audiovisual. Es mi deseo que sea objeto de debate y que sirva como insumo para repensarnos y salir fortalecidos de la crisis más profunda de la historia reciente de la humanidad.
Pd: Agradezco a Luis Montenegro, Fredy Pulgarín y Alejandro Ángel Torres por sus aportes para este texto.
Todos los sábados a las 3 pm estoy realizando sesiones en vivo desde mi canal «Amigos del cine». Comparto, justamente, la sesión en la que hablé acerca del tema de esta columna:
Para ver más textos sobre cine y cultura, visita Jerónimo Rivera Presenta.
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