El duro camino de la reconciliación

La palabra reconciliación, tan mancillada y malinterpretada, viene del latin reconciliare que significa «volver al concilio». Esta definición nos deja muy claro que la reconciliación es volver a ponernos de acuerdo frente a lo que debemos hacer y, sobre todo, en lo que no debe volver a suceder. Podemos reconciliarnos a pesar de no olvidar y, en algunos casos, de no perdonar (un derecho que cualquier víctima debe tener también).
El proceso de desmovilización de la guerrilla de las FARC ha sufrido una serie de tropiezos basados en la desinformación y la polarización del país y hoy contamos con cifras lamentables de asesinatos a personas que una vez decidieron apostar por la paz y la civilidad pero no pudieron escapar del odio y la venganza. No se trata necesariamente de buscar culpables, todos tienen algo de responsabilidad en esto, pero sí de entender que un duro proceso como este debe pasar primero por la verdad, la reparación y la reconciliación.
Esta semana se estrena en salas la película «Del otro lado» dirigida por Iván Guarnizo y producida por Jorge Caballero. Se trata de un viaje doloroso y emotivo de unos hijos que honran la memoria de su madre recorriendo sus pasos cuando estuvo secuestrada durante casi dos años en las selvas de Colombia. Con la ayuda de un diario que ella escribió durante su cautiverio, el director y su hermano buscan a algunos de sus captores, ya desmovilizados, para tratar de entender lo que significó su secuestro, lo que ella vivió y las relaciones que tejió con sus secuestradores, muchos de ellos menores de edad.

«Del otro lado» es un documental que toca las fibras emocionales sin mucho esfuerzo, es un retrato de los duros momentos que ha vivido este país y de los dolores y traumas que muchas familias han vivido por culpa de un conflicto armado duro y prolongado que ha tenido más víctimas civiles que armadas. La búsqueda de los protagonistas de un guerrillero apodado «Güerima» no tiene, como en otras narrativas, un interés de venganza sino la necesidad de conocer la verdad y de recuperar un poco del tiempo que la guerrilla les arrebató a su madre. En esta búsqueda se hará presente el dolor, pero también los afectos, inexplicables para quien no haya vivido esta situación, entre la madre y sus jóvenes captores. A pesar de su enfoque humanista, el documental no pretende tampoco reivindicar las acciones de los violentos, ni siquiera entenderlas, solo aceptar que ocurrieron y que es preciso hacer algo para dejarlas atrás y evitar que se repitan.
El documental se vive intensamente por el registro cercano de las emociones de víctimas y victimarios y nos permite constatar que detrás de cada sector del conflicto hay seres de carne y hueso que viven y sienten y cuyos errores y traumas los acompañarán toda la vida. De esta forma, «Del otro lado» se convierte en un importante testimonio audiovisual sobre las dificultades de la reconciliación pero también sobre su necesidad en un país que necesita dejar el rencor para avanzar, un país en donde firmar un acuerdo no significa curar las heridas de una guerra en la que todos, directa o indirectamente, hemos sido víctimas.

Trailer oficial «Del otro lado»

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